El camino de siete historias y la salud mental en Guatemala

Los trastornos de ansiedad y episodios depresivos representan el 44% de los padecimientos mentales en los últimos diez años. Uno de cada cuatro guatemaltecos mayores de 18 años ha padecido al menos un trastorno mental en su vida.

Por Camila Domínguez

“Si yo no hubiera ido con una psicóloga yo te digo de verdad que me suicido, ya he tenido dos intentos antes, no funcionaron”, dijo Lucía Galindo mirando hacia arriba pero con una voz firme. Tiene 24 años y es estudiante universitaria de último año.

Su historia por el camino de la salud mental comenzó cuando estaba en el colegio, le diagnosticaron depresión pero decidió no tomar medicamento, “los síntomas autodestructivos siguieron” indicó. Todo empeoró en 2019 cuando se dio de baja de una clase universitaria. Luego de eso comenzó a tener ataques de pánico «me sentaba en una esquina con la cara contra las rodillas y comenzaba a llorar y en mi mente me decía “no lo vas a lograr, mejor ni intentes”.» Llegó un punto en donde Lucía no dormía, tenía pensamientos intrusivos y se despertaron las ganas de cortarse la piel, fue ahí cuando su hermana le recomendó ir con un psicólogo. Después de recibir terapia y acudir con varios psiquiatras fue diagnosticada con trastorno de ansiedad generalizada y trastorno límite de personalidad.

En Guatemala hubo 622,162 diagnósticos de enfermedades mentales de 2012 a 2021. Guatemala, Santa Rosa, Jutiapa, Petén, Quetzaltenango y Escuintla son los departamentos que más casos presentan. Los trastornos de ansiedad y episodios depresivos suman 273,364 diagnosis en los últimos 10 años. Información proporcionada por el Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social (MSPAS) indica que son las mujeres las más afectadas por estos problemas.

Diagnósticos de trastornos mentales por departamento y año

Fuente: Elaboración propia con base en datos del Ministerio de Salud de 2012 a 2021.

El Programa Nacional de Salud Mental (PNSM) es el ente técnico-normativo que crea las guías, protocolos, políticas y lineamientos que indican cómo se tienen que brindar los servicios de salud mental en cada uno de los 29 distritos que existen en el país. Sin embargo, este programa no tiene capacidad de ejecutar acciones, solo brinda la base teórica.

Actualmente trabajan en él 11 personas y una psiquiatra contratada medio tiempo. Aracelly Téllez, coordinadora del PNSM comentó que cuando ella ingresó al programa en 2019 había contratadas dos personas. “El programa ya quedó muy corto para las funciones que tiene”, opina.  

Expertos entrevistados en este reportaje señalan que la salud mental no es un tema prioritario para el MSPAS. Alejandra Flores, subjefa del departamento de salud mental del Hospital Roosevelt y ex coordinadora del programa piensa que la salud mental es el “patito feo” del sistema de salud.

El Informe sobre el Sistema de Salud Mental en Guatemala de la Organización Panamericana de Salud de 2011 reveló que solo el 1% del presupuesto se destina a salud mental. De ese presupuesto el 94% va al Hospital de Salud Mental “Dr. Federico Mora” y lo restante se utiliza en labores de prevención, promoción y rehabilitación. “No tenemos un presupuesto asignado a salud mental propiamente, como otros programas que tienen una unidad ejecutora. Yo voy diciendo qué necesito para que me asignen presupuesto”, expresó Téllez.

El programa trabaja en una nueva política de salud mental, debido a que la primera y la única venció en 2015. Téllez espera que con este nuevo documento también se tenga asegurado más presupuesto para el programa.

Sede del Programa Nacional de Salud Mental de Guatemala. (Créditos: Camila Domínguez)

Pero, ¿por qué es tan importante la salud mental? La Organización Mundial de la Salud la define como “un estado de bienestar en el cual el individuo es consciente de sus propias capacidades, puede afrontar las tensiones normales de la vida, puede trabajar de forma productiva y fructífera y es capaz de hacer una contribución a su comunidad”. Para 2030, la OMS estima que los problemas de salud mental serán la principal causa de discapacidad en el mundo. Esta problemática también afecta la economía, el impacto mundial acumulado de los padecimientos mentales significará una pérdida económica de US$16.3 billones entre 2011 y 2030.

 

“Vivir con algo de salud mental –no me gusta decirle enfermedad– es una lucha constante contigo misma que te deja muy cansada. Vivir con ansiedad o con trastorno límite de personalidad no es lindo, alguien que tiene esto no quiere vivir así”, expresa Lucía. 

Los rangos de edades que más presentan trastornos mentales son de 20 a 29 años, de 10 a 19 y de 30 a 39.

António Guterres, secretario general de la Organización de las Naciones Unidas, indicó que una salud mental pobre durante la adolescencia impacta el desarrollo educativo e incrementa el riesgo de abuso de alcohol y drogas, así como el comportamiento violento de las personas. También, la Unicef informó que el suicidio es la segunda causa de muerte entre los jóvenes de 15 a 19 años a nivel mundial. Información del MSPAS dio a conocer que en los últimos diez años se registraron 712 intentos de suicido por autoenvenenamiento y 669 por lesión autoinfligida, ambos datos corresponden a jóvenes de 10 a 19 años.

Intentos de suicidio por envenenamiento y lesión por edad

Envenenamiento autoinfligido

Lesión autoinfligida

Fuente: Elaboración propia con base en datos del Ministerio de Salud de 2012 a 2021.

Respecto a lo anterior, Carolina Coyoy, vicepresidenta de la Asociación Psiquiátrica de Guatemala, señala que existe un subregistro de estos datos, ya que no se registran como suicidios sino como “envenenamiento, asfixia por suspensión” entre otras formas. Marco Antonio Garavito, director de la Liga de Higiene Mental, concuerda con Coyoy: “El mismo sistema que debe registrar los suicidios no lo hace, solo curan fisiológicamente al paciente pero el problema mental persiste”, asevera.

Cuando se es diagnosticado con una enfermedad mental por lo general se recetan psicofármacos. El costo de medicamentos en Guatemala está muy por arriba de lo que se encuentra en países vecinos como México y El Salvador. Un reportaje de Agencia Ocote reveló el negocio de medicamentos que existe en Guatemala y evidenció que no hay legislación ni regulación de los precios de los medicamentos. Asimismo, Carlos Vásquez, vocero de la Dirección de Atención y Asistencia al Consumidor (DIACO), indicó que en el país hay libre mercado y las empresas establecen los precios que consideran “convenientes”.

El alto precio de los psicofármacos hace imposible que gente de escasos recursos pueda acceder a ellos cuando el servicio público de salud no se los brinda. Según el Colegio de Psicólogos una terapia psicológica cuesta de Q350 a Q600 y de acuerdo con la Asociación Psiquiátrica de Guatemala una cita con un psiquiatra se ofrece a un precio de Q400 hasta Q800, e incluso hay psiquiatras que cobran más de Q1,000 cada sesión. Resulta impensable costear terapia psicológica o psiquiátrica y psicotrópicos cuando el salario mínimo mensual para el sector no agrícola es de Q2,959.24.

Sonia Martínez Juárez de 44 años es paciente en el Centro de Atención Integral de Salud Mental del Instituto Guatemalteco de Seguridad Social (IGSS) y presenta depresión y ataques de ansiedad y pánico. Comenta que en el seguro social en ocasiones le brindan los psicofármacos que hay y no los que realmente necesita. 

"Muchas veces el medicamento no es acorde a tu necesidad, sino que solo cumplen con el requisito de darte la medicina porque están en la obligación, pero a veces no te funciona. Me ha tocado pagar psiquiatra privado para que me de receta y comprar el medicamento que sí me cae bien", expresó.

Psicofármacos que toma Sonia Martínez para tratar sus padecimientos mentales. (Créditos: Camila Domínguez)

Sonia toma clonazepam de 2 mg por la noche y Anafranil de 75 mg. Cuando no le entregan el Anafranil (por desabastecimiento) ella debe costearlo por sus propios medios. Las 10 tabletas de 75 mg cuestan Q 587.80, para un tratamiento de un mes gasta Q1,763.4. En el IGSS únicamente recibe atención psiquiátrica, si desea tener terapia psicológica debe pagar un psicólogo privado y cada cita tiene un costo de Q450. Los psicofármacos se encuentran altamente regulados en Guatemala y para adquirirlos se debe presentar receta médica con el número de colegiado del médico. Cuando los ciudadanos no pueden acceder a terapia psiquiátrica por medio del Estado, estos deben pagar un psiquiatra privado para obtener la receta del psicotrópico.

El artículo Interrupción del tratamiento con psicofármacos publicado en el sitio Cambridge University Press indica que interrumpir el tratamiento sin guía de un psiquiatra genera reacciones de abstinencia, así como se aumentan las probabilidades de recaídas o recurrencias de la enfermedad que se trata. “La interrupción abrupta o rápida es seguida por un empeoramiento clínico más temprano que con la suspensión más gradual del tratamiento”, revela la investigación.

Walter Rinze, subdirector médico del Hospital Nacional de Salud Mental explica que cuando los trastornos mentales no son atendidos a tiempo suelen tornarse más graves, más crónicos, o de mayor duración y de difícil control. Además de tener estas situaciones un impacto enorme en la vida de los pacientes y sus familias, el paciente sufre deterioros cognitivos que a veces no pueden recuperarse.

La vicepresidenta de la Asociación Psiquiátrica recalca que el éxito mayor que se puede tener en la recuperación y en la minimización de la posibilidad de que la persona recaiga es precisamente con psicofármacos.

Luego de un tiempo en psicoterapia Lucía reconoció que de pequeña tenía ansiedad social, pero esto se minimizó al irse de intercambio de estudios a Estados Unidos, en donde tuvo un tipo de terapia de confrontación. “Tenía miedo de hablarle a la gente, pero como no conocía a nadie tenía que hacerlo”, comparte.

La Política de Salud Mental 2007-2015 tiene como objetivos articular, descentralizar e incrementar la cobertura de los servicios de salud mental, a partir de acciones de promoción, prevención, atención y rehabilitación psicosocial integral. No obstante, los números muestran algo diferente. En el país hay 221 instituciones que brindan servicios de psicología, entre ellos centros de salud, puestos de salud y centros de atención permanente, entre otros. Guatemala, Jutiapa, Alta Verapaz, Petén y San Marcos son los departamentos con mayor cobertura psicológica, mientras que Jalapa y Suchitepéquez solo cuentan con dos y uno respectivamente. Zacapa no cuenta con ningún establecimiento público que brinde atención en psicología en el Área de Salud, únicamente hay ocho psicólogos que atienden en el Hospital Regional de Zacapa y se enfocan en emergencias.

En Guatemala hay cinco hospitales que brindan atención psiquiátrica, pero sin servicios de hospitalización, estos son, el Hospital General San Juan de Dios y el Hospital Roosevelt en Guatemala; el Hospital Nacional de Cuilapa en Santa Rosa; el Hospital Ernestina García Vda. de Recinos en Jutiapa y el Hospital Regional de San Benito en Petén. El Hospital Federico Mora es el único en el país que ofrece hospitalización.

En todo el territorio nacional hay 251 psicólogos públicos, la mayoría concentrados en Guatemala. Pero casos como El Progreso, en donde solo contaron con un psicólogo en 2021 para atender los 299 casos de trastornos mentales despierta alarmas sobre la poca cobertura en los demás departamentos. El Colegio de Psicólogos de Guatemala cuenta con 5,718 psicólogos colegiados activos, el 56% están en el departamento de Guatemala.

Psicólogos y psiquiatras públicos por departamento, contratados en 2022

Fuente: Elaboración propia con base en datos del Ministerio de Salud de 2022. *Datos sin contar a los del Hospital de Salud Mental “Dr. Federico Mora”

Datos del Ministerio de Salud revelaron que en 2022 hay únicamente 5 psiquiatras contratados por el Estado, estos se ubican en el Hospital Roosevelt, Hospital General San Juan de Dios, en el Hospital Nacional Ernestina Vda de Recinos de Jutiapa y en la Dirección de Área de Salud de Izabal. La cartera de salud no tomó en cuenta los médicos psiquiatras del Hospital de Salud Mental, dicho dato fue solicitado pero no fue entregado al cierre de esta investigación. Según Mirna Santos, presidenta de la Asociación Psiquiátrica hay 150 socios inscritos en la asociación.

“En el país hay un psiquiatra por cada 120 mil habitantes”, informó Santos.

Con la nueva política de salud mental, la coordinadora del Programa de Salud Mental indica que lograrán que haya por lo menos un psicólogo por distrito y que, de los 251 psicólogos que hay en el segundo nivel de atención se aumentará a 360.

La psicóloga de Galindo le dijo que tenía trastorno obsesivo-compulsivo, pero ella no creía en este diagnóstico. Por lo tanto decidió ir con un psiquiatra, pero no le gustaba hablar con él. Dejó de ir a ambas terapias y tiempo después recayó, comenzó a tomar alcohol, a tener síntomas que no tenía antes, como a sobrepensar sus acciones. “Ahí es cuando se nota que la ansiedad es un problema, porque comienza a obstruir tus actividades de la vida diaria”, explica.

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